No deber más de 5 millones de euros.
No haber cometido ningún delito socioeconómico o contra el patrimonio, Hacienda y Seguridad Social en los últimos 10 años.
Ser deudor de buena fé.
Tener sobreendeudamiento.
No haber llegado a un acuerdo extrajudicial de pagos o de refinanciación con tus acreedores en los últimos 5 años, o estar negociándolo.